“El Tema”: La serie web que evidencia la crisis climática en México

El Tema es una serie web de seis cortometrajes documentales sobre las problemáticas fundamentales de la crisis climática en México. El actor, productor y director Gael García Bernal, y la escritora y lingüista Yásnaya Aguilar son los testigos que entrelazan las historias. A través de las experiencias de diversos agentes sociales, se evidencia la situación del país azteca en seis ámbitos: agua, aire, carbón, energía, océanos y alimentos. En esta entrevista, el Director de la serie transmitida por Youtube, Santiago Maza, ahonda en los detalles del proceso creativo y técnico, y evidencia los desafíos de este tipo de propuesta cinematográfica.

Con café, mate o té en mano, al encender el televisor, abrir el diario, prender la radio o hacer scroll con el celular por los principales sitios noticias aparece inexorablemente una premisa: la crisis climática es secundaria, casi una omisión por mandato o ‘descuido’. Pero en ese vendaval emergen expresiones que se animan a invertir la pirámide de noticias y proponen que las variables del desarrollo económico, político y social no subyuguen el resultado: el riesgo que corre la Casa Común y la propia especie por la alteración climática.  Este es el caso de El Tema, una idea original del actor, productor y director Gael García Bernal y del politólogo y maestro en medio ambiente y desarrollo sustentable Pablo Montaño, dirigida por Santiago Maza y producida por La Corriente del Golfo.

Se trata de una serie web de seis cortos documentales, que narra los temas fundamentales de la crisis climática en México, a través de las historias y experiencias de activistas medioambientales, defensores de derechos humanos, comunidades indígenas, académicos y organizaciones de la sociedad civil. Este variado grupo de personas va hilando una historia de opresores y oprimidos, injusticias y desastres, pero también de vencedores, valientes, justicieros y oportunidades.

¡Ey!, ¡Por si no te acordabas, tú también eres ecosistema y estás correlacionado!, y eso lo cambia todo.

El propio Gael García Bernal y la escritora y lingüista Yásnaya Aguilar son quienes con sus estilos y sus cosmovisiones diferentes van llamando al espectador a una reflexión tan necesaria como urgente: ¡Ey!, ¡Por si no te acordabas, tú también eres ecosistema y estás correlacionado!, y eso lo cambia todo.

En diálogo con Hojas de Inspiración, Santiago Maza, Director de El Tema, ahondó no sólo en el proceso creativo, sino en el sentido y la oportunidad que tiene el cine ambiental en un momento donde el planeta arde. Maza estudió cine documental en la National Film & Television School (NFTS) y una maestría en guionismo en la London Film School (LFS). Ha sido seleccionado para talleres y apoyos por instituciones como Jóvenes Creadores, el IMCINE, el Talent Campus de la Berlinale y Doculab del Festival Internacional de Cine de Guadalajara. Su trabajo lo ha llevado a presentarse en festivales de América, Europa y África. Su largometraje Truenos de San Juan fue seleccionado en quince festivales y ganó como Mejor Documental en el San Diego Latino Film Festival (SLFF). Actualmente es subdirector de desarrollo y producción documental de La Corriente del Golfo.

Constanza Sofía Soler: El título de la serie: El Tema es poderoso y dice mucho. ¿Qué describe y hacia a dónde nos sumerge?

Santiago Maza: Es difícil sintetizar todo lo que se quiere decir en un título atractivo y que convoque a verlo. Pero creo que es poderoso decir: “El cambio climático es El Tema”, porque en realidad toca a todos los demás. No podemos hablar de otros ámbitos del mundo, sin darnos cuenta de que constantemente todo está cruzado por el cambio climático, que afecta a la vida en todas sus capas y etapas. 

El Tema se convierte en una invitación y un llamado de atención a que no deberíamos estar priorizando otros temas por encima de este. Cuando llegamos al título vimos que le habíamos dado al clavo y era el vehículo correcto para posicionar la crisis climática.  

También suena a una expresión de deseo. En nuestra región y pese a los esfuerzos sigue siendo un tema secundario e incluso abstracto. ¿Sientes que ocurre lo mismo en México?

En México, Argentina y en la mayoría de los países de América, salvo excepciones que tienen un mejor entendimiento de la vida humana y el porvenir del planeta, ocurre lo mismo. Por lo tanto, sí es un deseo que la crisis climática sea un tema prioritario y que, justamente, el camino sea cambiar la jerarquía de valores: pues el desarrollo económico no puede estar por encima del cuidado del planeta y de la vida en él. En estas transformaciones hay una parte ontológica; es decir, implica cambiar nuestro entendimiento como especie. Pero también hay cambios prácticos, inmediatos y urgentes, que requieren organización e implicarían transformaciones macro y micro. De lo individual, a lo local o a lo global, el tema es la crisis climática.

“Cuando caminas hacia la realidad hay que estar alerta y sensible, para serle fiel a esa misión por la cual llegaste, pero también hay que permitir que la realidad te invada. Esa parte del cine documental me parece muy poderosa”. 

La idea original es de Gael García Bernal y Pablo Montaño, ¿cómo llega esta idea a la mesa de trabajo de La Corriente del Golfo y cómo termina siendo lo que hoy podemos ver en YouTube?

La idea surge de charlas entre Pablo Montaño y Gael. Pablo lleva varios años involucrado con el tema y tenía un podcast donde hablaban de la crisis del cambio climático, pero con un enfoque en el pasado, qué se hizo mal o qué se hizo bien. Gael lo escuchó y le encantó.  A partir de ahí empezaron a pensar en formas para que el mensaje se propagara y expandiera. Si bien el podcast era un gran ejercicio había que pensar en un alcance hacia el público masivo

Luego de pensar en un cortometraje, entré yo en la ecuación. Ideamos la selección de episodios clave y decidimos priorizar una problemática, en un lugar específico, buscando voces que detonaran la conversación. Por ejemplo, no estábamos hablando sólo del problema del agua en Chihuahua, sino de un tema de seguridad nacional, multitemático y que incluye áreas geográficas fuera de México. 

En ese proceso se pensó en Yásnaya Aguilar, quien viene de un lugar muy diferente al de Gael. Ese balance de ellos dos en cámara permite ver que el rango de personas a quienes le estamos hablando es el más amplio posible. En definitiva, no importa de dónde vengas, o cuál es tu cosmovisión, todos tenemos que involucrarnos.

Salir de la mesa al terreno en temas tan crudos como la crisis climática suele ser un golpe de realidad. ¿Cómo fue ese proceso de trasladar la idea al territorio y qué te ocurrió durante él?

Como documentalista es uno de los aspectos que más disfruto. Encontrar una idea, trabajarla y dejarse guiar por ella, sabiendo de antemano que una idea tan poderosa como esta lo cambia todo. Cuando caminas hacia la realidad hay que estar alerta y sensible, para serle fiel a esa misión por la cual llegaste, pero también hay que permitir que la realidad te invada. Esa parte del cine documental me parece muy poderosa. La realidad es una cosa viva y hay que saber moldearla para no bloquearla o dejarla fuera; todo lo contrario, dejar que te inunde

A nivel personal fue un proceso increíble, porque significó salir, involucrarme aún más con estos temas y sentirlos a flor de piel. No sólo pensarlos desde casa o reflexionar cómo debería ajustar mi conducta para ser un mejor ciudadano. Si bien ese es un ejercicio necesario, al salir conoces mujeres y hombres que no sólo lo piensan así, sino que lo viven en carne propia. Hay una lección de vida profunda: en América Latina hay personas a las que les cuesta la vida. Su defensa del territorio, su constante desafío al poder e incluso el hecho de exponer su vida como escudo son un cachetazo de realidad. Después de eso nunca más puedas hacerte el desentendido. Fue gratificante hablar con ellas y escuchar qué ven y por qué lo ven así, y darte cuenta de su compromiso.  

¿Cómo fue el proceso de filmación y cuáles fueron los criterios para seleccionar seis temáticas a priori de un universo tan abarcativo como la crisis climática?

Es un proyecto vertiginoso. Esas primeras charlas de Gael y Pablo fueron hace menos de un año. Empezaron a conversar en octubre, en noviembre decidimos ir para adelante y en diciembre y enero estuvimos grabando. Finalmente, en abril salimos con el primer episodio, con lo cual en menos de seis meses pasamos de la intención a la acción. Esto demuestra que el proyecto se nutrió del trabajo individual previo de información y sensibilización.

En cuanto a la logística, México es un país gigante, con lugares remotos. Hubo días cuando salimos a las cinco de la madrugada para llegar a una mina a hablar con mineros, y luego atravesamos casi todo el país para realizar la siguiente entrevista. A veces, invertimos tiempo en tener la cámara prendida, pero en ocasiones dedicamos horas para llegar a un lugar distante y poner la cámara donde sucedían las cosas, para no terminar hablando de la crisis climática desde Ciudad de México. Aquí suceden muchos hechos de los cuales se puede hablar, pero cada uno tiene su lugar.

“Queríamos garantizar que el tema se posicionara. Por ello escogimos un vehículo ágil y compacto: cortometrajes en YouTube de forma gratuita.” 

El formato de El Tema es innovador. Por lo general, los documentales que abordan la crisis climática son lentos y extensos. ¿Cómo lograron contar lo que querían en tan poco tiempo? 

Queríamos garantizar que El Tema se posicionara. Por ello escogimos un vehículo ágil y compacto: cortometrajes en YouTube de forma gratuita. Este fue el punto medio, cortos breves, para que las personas los vieran, compartieran y comentaran. En este sentido, YouTube fue la plataforma correcta para echarlos a andar. 

Cada episodio tiene una raíz de una situación que se vive en un punto del país. También fue determinante contar con los testimonios de quienes padecen la situación, y le ponen cabeza y corazón para encontrar respuesta al cambio climático. De todas las posibilidades, estos seis eran los que mejor cumplían con estas características por lo que el gran reto siempre fue de síntesis, pues el cambio climático es hipercomplejo e hiperconectado

El cambio climático es un tema arbóreo que se ramifica y dispersa en miles de situaciones. En este sentido, tratamos de ser sintéticos para que se detone una conversación y se regrese al punto de origen, donde veas que realmente todo está interconectado. Hablar de la escasez de agua es hablar de justicia social, de contaminación del aire o de salud pública. 

¿Qué balance haces de las repercusiones?

Hemos visto que no estamos locos y hay miles de personas involucradas con la crisis climática, quienes agradecen estos ejercicios de información y expresión. El cambio climático se representa a veces sólo como la isla de plástico en el Pacífico o el derretimiento de polos, en otros términos, como hechos lejanos en tiempo y espacio. Al final, se trata de hablar de que el cambio climático es algo que nos conviene a todos, está a la vuelta de la esquina y cuyo abordaje y solución requieren del conjunto.

¿Con qué se encontrarán los espectadores a la hora de ver El Tema?

Los episodios son: Agua, Aire, Carbón, Energía, Océanos y Alimentos. Arrancamos en Chihuahua, en el desierto al norte, y pasamos a Cozumel, al sur en la costa. Al ser un país biodiverso, acaba mostrando un retrato distinto e interesante de México, donde cada región aporta su propio sabor. Hay episodios donde se sale más envalentonado, otros donde se siente entusiasmo y hay algunos donde la trama es más compleja. Cada episodio es rico, tanto en lo individual como en su totalidad, y la charla final hace un balance sobre las conclusiones, las situaciones alarmantes y las personas/proyectos con compromiso para que las cosas realmente cambien.

Hay una sensación de auge del cine ambiental. Como director, ¿sientes que el séptimo arte tiene una oportunidad y un desafío de compromiso con la causa?

Esta categoría crece cada año, en documentales, ficciones y festivales.  Como documentalista buscas una historia ahí afuera que pueda ser retrato de la realidad, y cuando la crisis climática se vive en miles de lugares y expresiones, sólo se trata de prender la cámara y registrar lo que está ocurriendo. Lamentablemente, seguirá creciendo, porque las historias que nos afectan están atravesadas por lo ambiental. Este tipo de categoría ha dejado de ser de nicho para hacerse extensivo. El cine, por el músculo que tiene y al ser uno de los megáfonos más grandes de la humanidad, tiene una enorme responsabilidad.

“El compromiso de la productora con los contenidos que ha sacado y con los que vienen en camino siempre apuesta a aportar una discusión que nos lleve a un mundo mejor, con humildad, escucha y voluntad de seguir aprendiendo.”

¿Cómo es trabajar en La Corriente del Golfo?

Es una gran productora para trabajar por el factor humano. Hay gente comprometida y talentosa, pero sobre todo hay un gran esfuerzo para pensar más. A todos nos gusta el cine, nos gusta verlo y hacerlo, pero en La Corriente nos preguntamos constantemente qué vamos a hacer con el cine. El compromiso de la productora con los contenidos que ha sacado y con los que vienen en camino siempre apuesta a aportar una discusión que nos lleve a un mundo mejor, con humildad, escucha y voluntad de seguir aprendiendo. En La Corriente hay ganas de entender que todo es parte de algo más grande. 

¿Qué directores te inspiran?

Admiro el trabajo de Gianfranco Rossi y Víctor Kossakovsky. Los dos a su manera tienen una capacidad de inmersión, de hacerse parte del espacio. En México, Everardo González ha hecho un trabajo increíble del retrato de lo social, lo mismo ocurre con Tatiana Huezo Sánchez. En su momento no son etiquetados como documentales relacionados con la crisis ambiental, pero luego ves que, una vez más, son grandes retratos que profundizan sobre el tema

Todos los episodios en: La Corriente del Golfo.

Tráiler de El Tema

Créditos fotográficos: Cortesía La Corriente del Golfo y Santiago Maza. 

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