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Gerry Garbulsky: Vivir aprendiendo para ensanchar la vida

El físico argentino Gerry Garbulsky, fundador y director de TEDxRíodelaPlata, nos comparte sus pasiones por aprender durante toda la vida y contribuir a mejores sociedades.

¿Cómo podemos aprender durante toda la vida y expandir nuestras capacidades para impactar positivamente en el mundo? El físico y educador Gerry Garbulsky pone en valor el poder transformador de las ideas. Además indaga sobre aquellas herramientas que potencian nuestras facultades y nos permiten crear sociedades más equitativas, ecológicas y colaborativas.

“Soy un fascinado de vivir, no me da miedo la muerte, me da miedo perderme cosas”, confiesa Gerry Garbulsky con esa mezcla de humor y reflexión que lo caracteriza. Con esa sentencia, que pinta de cuerpo entero su insaciable avidez por vivir aprendiendo, empieza su conversación con Hojas de Inspiración. Gerry Garbulsky es Licenciado en Física de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y tiene un doctorado en Ciencia de Materiales en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Es el Director de TED en Español, y es el fundador y director de TEDxRíodelaPlata.  Además es creador del podcast Aprender de Grandes, el proyecto donde ya entrevistó a casi un centenar de figuras, entre quienes se encuentran: Jorge Drexler, Marcos Galperin, Narda Lepes, Facundo Manes, Esther Feldman, Manu Ginóbili y Hernán Casciari.

“Soy un fascinado de vivir, no me da miedo la muerte, me da miedo perderme cosas”.

Manuel Gutiérrez Arana: ¿Dónde te encuentra este presente? ¿Qué inquietudes o proyectos tienen tu cabeza y tu corazón?

Gerry Garbulsky: Siempre digo que no me alcanza el tiempo para hacer todas las cosas que me gustaría hacer, sé que no me va a alcanzar el tiempo de vida para hacerlas todas, y eso me frustra, me da bronca. Por eso, desde hace un tiempo creo que mi foco principal ya no está tanto en alargar mi vida, que es algo que me encantaría, sino en ensanchar la vida. Con esto quiero decir, vivirla lo más intensamente posible, poder seguir aprendiendo durante toda la vida, hacer cosas interesantes, estar con la gente que quiero estar, aprovechar cada segundo y ojalá tener un impacto positivo en mi entorno,  aunque sea chiquito.

Siendo alguien tan apasionado, ¿cómo te llevás con la idea de la muerte?

Te comparto lo que dijo Woody Allen cuando le preguntaron qué opinaba sobre la muerte: “No estoy de acuerdo”. Es una realidad y, aunque soy un fascinado de vivir, no me da miedo la muerte, me da miedo perderme cosas. Por eso trato de vivir el presente con la mayor intensidad que pueda.

Y a juzgar por su actividad, es difícil poner en duda que Gerry vive intensamente. Además de su notable vida académica, durante trece años fue consultor en el Boston Consulting Group (BCG) y ostenta el particular récord mundial de haber sido la persona que cruzó más veces la Cordillera de los Andes en 2004 por vía aérea (142). Adicionalmente, incursionó con escaso éxito en el stand up. Hoy, además de sus compromisos en TED, TEDxRíodelaPlata y su podcast, ofrece cursos de oratoria, cambio de hábitos y aprendizaje. Por si fuera poco, lleva adelante El Mundo de las Ideas, junto con la bióloga Melina Furman, un curso donde los participantes desarrollan su creatividad, la capacidad de llevar las ideas a la acción y la habilidad de comunicar sus proyectos para contagiar su pasión a otros.

¿Cuáles son tus estrategias para estar en tantos proyectos a la vez?

Puedo hacer tantas cosas gracias a que un gran número de gente brillante se suma a estas iniciativas. El equipo de TEDxRíodelaPlata, donde la inmensa mayoría somos voluntarios, ninguna empresa podría pagarlo. Es el dream team, con mucha gente que trabaja de onda. Me siento afortunado, aprendo un montón, la pasamos bárbaro y además tenemos impacto. Sé que no es muy común; por eso lo celebro y agradezco todo el tiempo.

A eso se suma que todas las cosas que hago están de alguna manera relacionadas. No es que por un lado juego profesionalmente al fútbol y por el otro escribo libros. Todas tienen algún tipo de relación con cómo seguir aprendiendo y cómo el poder de las ideas nos puede mejorar como personas y como sociedades. Eso atraviesa todo lo que hago y me permite, por ejemplo, conocer a alguien por TEDxRíodelaPlata, después invitarlo a un episodio de Aprender de Grandes y tal vez luego invitarlo a un curso conmigo gracias a esta relación. Además trabajo intensamente. Me fascina lo que hago y no me estresa. Tengo el privilegio de hacer lo que me gusta, con quienes me gusta y adicionalmente tener impacto. Lo hago con intensidad  y relativamente relajado; no en el sentido de no hacer nada, sino en el de no estresarme.

“La gente me pregunta: “¿De qué trabajás? o ¿cuándo tenés un momento de ocio?”. Yo les contesto que mi trabajo es lo que haría si fuese sólo ocio, es difícil de separar”. 

Qué privilegio estar tan activo y poder decir “no me estreso”.

Totalmente. Me estreso cuando tenemos un problema específico que debemos resolver, pero son contadas las ocasiones. La gente me pregunta: “¿De qué trabajás? o ¿cuándo tenés un momento de ocio?”. Yo les contesto que mi trabajo es lo que haría si fuese sólo ocio, es difícil de separar. Hago las cosas que me gustan. Vos no le digas a nadie, pero yo pagaría para hacerlas.

Los cursos los cobro, pero la paso tan espectacular que yo les pagaría a los participantes por hacerlos, que esto quede acá por favor (risas). Los cursos son también una fuente de satisfacción. A veces pienso cuánto pueden aportar cuatro o cinco encuentros, y después me encuentro con gente que dice: “Mirá, gracias al curso de hábitos resolví cosas que en veinte años de terapia no pude resolver”. Pienso que es raro, a veces me parece exagerado, pero funciona.

Al ser organizadores de un evento masivo como TEDxRíodelaPlata, ¿cómo fue para ustedes el 2020? ¿Qué desafíos, oportunidades y aprendizajes les trajo la pandemia?

Evidentemente la pandemia nos dio una buena ‘patadita’, porque teníamos planes y tuvimos que cambiarlos. Y los cambiamos muy rápido. De hecho el primer evento del año pasado fue el 31 de marzo, cuando recién empezaba la pandemia. Se llamó “TEDxRíodelaPlata Desde Casa”. Lo conduje sentado desde el living, cada orador estaba desde su casa y salió en vivo por la tele. Gracias a las restricciones tuvimos que innovar, cambiar en poco tiempo y eso nos obligó a entrar en territorios más experimentales, desconocidos. Aprendimos muchísimas cosas que vamos a incorporar y mantener independientemente de qué ocurra con la pandemia. Aun si volvemos a hacer eventos en persona, hay aprendizajes del 2020 que ya pasaron a ser parte nuestra.

¿Pode´s compartirnos algunos de esos aprendizajes?

Primero, aprendimos no sólo nosotros sino la sociedad, a interactuar a través de pantallas. Al principio era raro, no sabíamos bien dónde cliquear, y ahora más o menos la gente se alfabetizó en las tecnologías. No todo el mundo, obviamente, pero más gente que hace un año. Esto rompió con algunas de las restricciones de estar al mismo tiempo y en el mismo espacio físico. Por supuesto, estaba buenísimo porque nos abrazábamos y nos encantaba. Lo innovador ahora es que podemos tener al mismo tiempo gente participando desde decenas de países o ciudades de nuestro propio país y el extranjero que de otra manera no hubieran podido estar sin viajar. 

Además hicimos acciones con TV Pública y con el canal Telefé hicimos distintos tipos de programas. Esto nos ayudó a llegar a gente a la que antes no llegábamos. Estamos ampliando el rango de personas que conocen los proyectos y pueden beneficiarse con el poder de las ideas. Y al mismo tiempo, al extrañarnos como equipo, como comunidad, estamos buscando formas seguras de volver a encontrarnos.

“Creo que hay un grupo grande de gente que se identifica con esta necesidad de ensanchar la vida, de seguir aprendiendo, de crecer, nutrirse, poder vivir vidas más plenas y disfrutarlas más”.

Veo que en tus iniciativas hay una gran convocatoria. ¿A qué adjudicás ese nivel de participación?

La respuesta es no sé, pero tengo algunas hipótesis. Creo que hay un grupo grande de gente que se identifica con esta necesidad de ensanchar la vida, de seguir aprendiendo, de crecer, nutrirse, poder vivir vidas más plenas y disfrutarlas más. En Aprender de Grandes encontramos un camino donde las personas curiosas, con capacidad de asombrarse y seguir aprendiendo suelen identificarse y sentirse atraídas.

Otra explicación es que en general lo que hago no tiene un componente fuerte de coyuntura. En general, mis iniciativas tienen más relación con el mediano y largo plazo. Y como creo que la gente está un poco harta de las conversaciones de coyuntura, cuando ven espacios donde se privilegia la conversación abierta, la escucha activa y EL pensar juntos en lugar de ganarle al otro, dicen: “Acá hay un oásis”.

“En muchas dimensiones siento que la única manera de construir algo interesante como sociedad es mirar a largo y mediano plazo, decidir cuáles son las cosas importantes y construir entre todos”.

Alguna vez dijiste que no estarías tranquilo en un país que no te enorgullece sin hacer algo para que te enorgullezca. ¿Qué características tendría ese país del que sí te enorgullecerías?

Me encantaría que nuestro país fuera más solidario, donde no tuviéramos la mentalidad de que para ganar otro tiene que perder y de que si puedo evitar las reglas las voy a evitar. En muchas dimensiones siento que la única manera de construir algo interesante como sociedad es mirar a largo y mediano plazo, decidir cuáles son las cosas importantes y construir entre todos. Saber que no hay manera de que la sociedad crezca y sea buena sin que haya equidad, cosa que no hay. Ir en esa dirección es clave. Hoy no estamos ahí. Pero es un cambio de mentalidad difícil, porque venimos de muchas generaciones donde la “viveza criolla” era lo que se valoraba. No es una mentalidad de construcción colectiva, como la que en general tienen los países con mayor capacidad de crecimiento.

A su vez, tenemos el gran problema de las elecciones cada dos años, con políticos presionados para ganar. No los culpo, así es el sistema. No obstante, es difícil para alguien con algún tipo de liderazgo hacer las inversiones difíciles, que recién van a generar sus frutos en cinco, diez o quince años. Sin eso la verdad es que es difícil salir.

Ofrecés un curso para entender y mejorar los hábitos. Tengo la sensación de que en ocasiones estos entrenamientos son fáciles desde la teoría, pero complejos desde la práctica. ¿Es así?

Lo difícil no es tener ideas, hay una gran cantidad de ideas dando vueltas. Lo difícil es incorporar esas ideas para que te mejoren la vida de alguna manera, como personas o sociedad. Lo fundamental para cualquier aprendizaje es ganar envión en la dirección correcta. Lo que yo ofrezco no son cursos teóricos, sino prácticos, donde hay tareas todos los días. El objetivo es que las personas desarrollen la capacidad de mejorar sus hábitos y las ganas de hacerlo. El modelo es de ponerse a hacer y no de repasar la teoría. Poner la teoría al servicio de este saber hacer. Y sobre todo, dedicarle tiempo a los cambios que queremos ver reflejados en nuestras vidas. No esperar recetas mágicas.

¿Sentís que estamos yendo cada vez hacia un mejor lugar como humanidad?

Steven Pinker, en el libro Los ángeles que llevamos dentro. El declive de la violencia, se dedicó a ver a lo largo de los siglos de manera cuantitativa cómo fuimos mejorando en prácticamente casi todas las variables, desde el hambre, el acceso, la equidad, los derechos civiles, entre otros aspectos. Según su estudio, la tendencia a largo plazo es positiva. Hoy la persona más pobre vive mejor que un rey del siglo XV en varias dimensiones. El tema es que a pesar de ese optimismo histórico, tengo la sensación de que estamos en un momento del mundo cuando tenemos alto riesgo como humanidad de desbarrancar por un montón de fuerzas que se están dando al mismo tiempo. Estas fuerzas no son comparables a cosas que tuvimos en el pasado, por eso no sé cuán extrapolable es el pasado hacia el futuro.

Podríamos bajar a un valle que nos destroce. Si no resolvemos la crisis climática estamos complicados. Lo mismo pasa con la inteligencia artificial, su rol en nuestras vidas, su papel hacia adelante y cuánto control tomará de lo que somos y hacemos. Otro ámbito son los nacionalismos, que están en auge y creciendo. El riesgo es enemistarnos y encerrarnos en distintos silos, lo cual nos impediría resolver juntos problemas globales que nadie va a poder resolver de manera solitaria. Y por último, está el tema de la equidad. Está claro que la pobreza medida en términos absolutos está cayendo todo el tiempo. Pero la inequidad, es decir la diferencia entre quienes más tienen y aquellos que tienen menos, se va agrandando y el problema es que puede generar una tensión social tan grande que quiebre nuestro tejido social.

“Creo que son las nuevas generaciones las que los van a resolver. Nosotros tenemos la misión de no entorpecer demasiado, pero son ellos los que van a terminar encontrando soluciones a los grandes problemas”.

Ante este panorama global tan desafiante, ¿hay algún aspecto que hoy te dé esperanza?

Me da esperanza el activismo de la camada de chicos entre los quince y los veintipico. Siento que están más comprometidos que los jóvenes de su misma edad hace algunas generaciones. Les afectan temas como la crisis climática y los derechos de la mujer, entre otras causas. Ver la energía y la fuerza que tienen me da esperanzas. Creo que son las nuevas generaciones las que los van a resolver. Nosotros tenemos la misión de no entorpecer demasiado, pero son ellos los que van a terminar encontrando soluciones a los grandes problemas.

Créditos fotográficos: Cortesía de Gerry Garbulsky.

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