Guillermo Navarro: Innovación en movimiento

Guilllermo Navarro con una gorra de Xinca, en Encuentro +B.

Es el turno de Guillermo Navarro Sanz y pasa al escenario con un gran maletín. Sonríe y sus primeras palabras para un auditorio de más de doscientos jóvenes son: “Este es mi power point, lo armé esta mañana mientras recorría mi casa de barro”. Entonces abre la cremallera y comienza a sacar objetos, como si fueran conejos de un sombrero. Va repartiéndolos entre el público y mientras va hilando explicaciones: “Este es mi casco de bicicleta, que uso diariamente para pedalear varios kilómetros hasta mi trabajo. Este madero está hecho con leña reciclada y fue fabricado por un pequeño productor de las montañas. Aquí tienen mis gafas de sol, elaboradas con redes de pesca recuperadas en Chile. Esta es la alfombra de mi casa, tejida con bolsas de plástico por recuperadores urbanos de Perú. Y este robot fue hecho por mi amigo ‘Botito’ de material plástico que nosotros desechamos; estos juguetes sustentables se venden en el museo Malba de Buenos Aires y este emprendedor viaja por el país enseñando a otros cómo darle valor a aquello que consumimos y descartamos”.

Los jóvenes miran con asombro los objetos, los rotan y preguntan por esa historia escondida. Navarro dice de sí mismo que no es un gran orador, pero en poco tiempo su audiencia se deja llevar por el ritmo de sus relatos, pasión y llamado a la acción: “En un tiempo donde los cambios suceden más rápido y su escala es global, es imprescindible que se animen a buscar soluciones dinámicas, transversales, colaborativas y horizontales, sólo así se transforman necesidades en oportunidades”. “¿Qué significa esta foto?”, pregunta una joven. “Me apasiona la fotografía y dediqué varios meses a recorrer África. Esa foto es de un cigarro de tabaco, que alguna noche compartí en Ciudad del Cabo en Sudáfrica, mientras conversaba con un hombre que vivía en la calle. A pesar de su extrema situación, me expresaba su alegría y gratitud por poder vivir libre en ese lugar, sin sentirse excluido, gracias a la revolución liderada por Mandela”.

Se va acabando el tiempo de la intervención y él camina de lado a lado, energético, siempre “en movimiento”. Quienes trabajan con él desde hace años usan estas palabras para definirlo y están acostumbrados a que en medio de las reuniones se ponga de pie para caminar por la sala o incluso para hacer equilibrio en una tabla sobre un rodillo. La conclusión de su charla tiene unas últimas presentaciones, producto de su reciente ‘obra maestra’, el Encuentro Global +B. Esta cita mundial de empresas con propósito y nuevas economías convocada por Sistema B Internacional fue diseñada y coordinada localmente por Guillermo Navarro. Muestra entonces unos cartones agujereados que forman los rostros de los oradores invitados, grandes “B” hechas con tapas plásticas y nombres de salones tejidos a mano, entonces explica: “Para la señalética de este encuentro mundial, compramos 430 kilos de cartón a recuperadores urbanos; también usamos 27.000 tapitas plásticas; 200 kilos de descarte textil se utilizaron para el kit de bienvenida, y 5000 botellas recicladas. Adquirimos mediante compra este material y fueron regresados a las cooperativas para un nuevo proceso de recuperación. Luego, el artista y emprendedor mendocino Mario Suárez, con la colaboración de voluntarios de la Facultad de Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo, llevaron a cabo un dedicado trabajo de adaptación y creación”.

El “Negro”, como lo conocen cariñosamente en diferentes latitudes e incluso en su Linkedin, estudió Administración de Empresas y se especializó en Comunicación Integrada al Marketing. En la primera parte de su vida profesional trabajó en ámbitos tan diversos como la venta de productos multimedia, la apertura de mercados latinoamericanos para una empresa de pizarrones electrónicos, el desarrollo de nuevos proyectos para una editorial norteamericana y la comunicación política. Siguió luego su pasión por el movimiento y su búsqueda de libertad. Por ello, recorrió países de Suramérica, fue auxiliar de cocina en hoteles hasta llegar a cocinar en una de las cadenas más importantes del mundo y dedicó tiempo a su pasión por la fotografía. En total, permaneció nueve años fuera de su natal Mendoza y durante este tiempo vivió en: Buenos Aires, Córdoba, México, EE.UU. y Sudáfrica, con largas estadías en Puerto Rico y Brasil.

Cuando regresó a su Provincia, trajo su mirada global y su capacidad de moverse en diferentes direcciones. Se reencontró con sus amigos y percibió un ecosistemas naciente de nuevas maneras de hacer negocios. Su sentimiento de “globalocalización”, sumado a su convicción por integrar distintos sectores sociales, fueron semillas para múltiples proyectos donde de una u otra manera ha participado: la agencia de comunicación “Postal Urbana”; el food-truck de comida saludable “Ruedhas”; la asociación AMEGAM, que hoy concentra a los food-truck de Mendoza; la iniciativa fotográfica de enfoque social “Ojo de Pes”; “Xinca”, la reconocida empresa de calzado hecho con neumáticos reciclados y fabricado en su mayoría por internos de un centro penitenciario; el proyecto “Los Caciques Rugby Club”, donde a través del deporte se busca la inserción social jóvenes privados de su libertad, para inspirar competencias y un ecosistema de contención, o “Bicionarios”, una idea que nació con sus amigos en Buenos Aires y años después pudo materializar: recuperar bicicletas secuestradas del Poder Judicial, reciclarlas con emprendedores y reutilizarlas para que niños de colegios rurales puedan ir a la escuela.

“En un tiempo donde los cambios suceden más rápido y su escala es global, es imprescindible que se animen a buscar soluciones dinámicas, transversales, colaborativas y horizontales, sólo así se transforman necesidades en oportunidades”

Cuando le preguntan sobre su lugar natal y este terreno fértil que encontró para la innovación, Guillermo Navarro invita a llevar la mirada al pasado de la Provincia: “Mendoza tiene una historia particular. Es un desierto y los Huarpes, pueblo originario presente en el territorio, hace cientos de años creó un sistema de canales para traer el agua de deshielo de Los Andes. Hoy la población y los cultivos se desarrollan en su mayoría en unos oasis que ocupan sólo el 3% del territorio. A esta historia ambiental y a sus características geográficas, se suma un movimiento de personas comprometidas con el emprendimiento, el cuidado de quienes sufren y la protección ambiental. Ellas han ido creando una cultura que empieza a converger, a despertarse y a actuar colectivamente frente a las necesidades y los desafíos. La naturaleza es inteligente y puedo decir hoy que este movimiento de innovación social e integración es fruto de un proceso orgánico”.

En el 2015, su movimiento emprendedor se vio desafiado por una propuesta: crear una Dirección de Innovación y Desarrollo Sostenible en el Ministerio de Economía, Infraestructura y Energía en la Provincia de Mendoza. Cuenta que pasó varias noches sin dormir. Por una parte, había percibido la realidad política desde su trabajo como asesor de comunicaciones y era consciente de los juegos de poder. Por otra parte, venía de sentir en Sudáfrica “que estaba naciendo una nación engendrada tiempo atrás” y me había conmovido el libro de Nelson Mandela El largo camino hacia la libertad.

La dicotomía se resolvió cuando decidió dar el salto en diciembre de 2015. Recuerda aún que fue citado a la Casa de Gobierno: “Tenía aún algunas rastas, llegué en mi bicicleta, en manga corta porque era verano y me anuncié en la recepción. Me hicieron entrar a una oficina y detrás de las puertas estaba el gabinete en pleno en una mesa de juntas, todos con trajes. Me presentaron y se refirieron a mí como el nuevo director hippie. Fue mi oportunidad para expresarles que no me identificaba con el hippismo y que había venido así vestido porque afuera hacían 35 grados. Les dije que para mí un principio esencial para trabajar y ser eficiente era estar cómodo conmigo y mi entorno. Pude entonces poner sobre la mesa la presencia de las etiquetas y resaltar el concepto de que la diversidad es fuente de cooperación”. Tuvo como su aliado al Ministro Enrique Vaquié y a su jefe el Secretario Guillermo Cruz, quien comenzó a apasionarse con temáticas como la innovación social, la economía social y las empresas de triple impacto.

Durante tres años, Guillermo Navarro y su equipo en la Dirección potenciaron procesos de “PlanificAcción” en cuatro interesantes frentes. El derrotero de estos ejes lo describe de la siguiente forma: “Llevamos años queriendo sacar al mundo de la pobreza económica extrema sin resultados basados en la equidad. Quizá nos falta trabajar también en sacar al mundo de la riqueza económica extrema”. El primero de los frentes fue la integración de sectores sociales. Se desarrollaron modelos productivos en sectores con situaciones de vulnerabilidad, trabajando sobre todo con recuperadores urbanos, personas en contexto de encierro y pequeños productores. Con ellos se llevaron adelante procesos de innovación, emprendedurismo y modelos asociativos. Segundo, el apoyo a las empresas de Triple Impacto (económico, social y ambiental) y el lanzamiento de Mendoza como Ciudad +B. Este trabajo, llevado en forma conjunta con Sistema B y diferentes actores de la sociedad, encaminó la ciudad en un proceso de aprendizaje de prácticas para diversas empresas y visibilizó el trabajo organizaciones locales comprometidas desde hace años con el cuidado de las personas y la naturaleza. Pero sobre todo, fue la posibilidad de comenzar procesos de diálogo profundo sobre la equidad, el manejo de residuos, la transparencia o las contratación públicas. Tercero, trabajar con dedicación con el ecosistema emprendedor, bajo la premisa de incubar procesos sostenibles bajo el programa de “Mendoza Emprende”. Cuarto: la valoración y apoyo financiero de los procesos de locales por parte de organismos internacionales como el BID, BMW Foundation o el CIPPEC.

“Tenía aún algunas rastas, llegué en mi bicicleta, en manga corta porque era verano y me anuncié en la recepción. Me hicieron entrar a una oficina y detrás de las puertas estaba el gabinete en pleno en una mesa de juntas, todos con trajes. Me presentaron y se refirieron a mí como el nuevo director hippie. Fue mi oportunidad para expresarles que no me identificaba con el hippismo… Pude entonces poner sobre la mesa la presencia de las etiquetas y resaltar el concepto de que la diversidad es fuente de cooperación”.

Sin embargo, el “arte” de este campo complejo de iniciativas fue la simbiosis entre estos cuatro ejes. Esta cualidad de conectar de Guillermo Navarro se hizo aún más evidente durante la Asamblea General del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la ciudad de Mendoza. En ese entonces, en alianza con la Oficina de Protocolo de la Gobernación, empresarios y productores locales se llevó a cabo un proceso de integración social y productiva sin precedentes. El Gobierno convocó para la cita internacional a empresas que estuvieran dispuestas a comprar o contratar a pequeños productores, cooperativas o personas en situación de vulnerabilidad. De esta manera: “Logramos que uno de las más importantes compañías de catering contratara una cocinera de comida tradicional, de un barrio muy humilde, que tenía una famosa receta y la pusiera trabajar hombro a hombro con su chef profesional. Así mismo, los meseros entrenados transfirieron sus conocimientos a los miembros de la cooperativa de liberados. Los insumos fueron comprados a pequeños productores locales y se llevó a cabo un feria para que los pequeños productores de toda la Provincia tuvieran visibilidad ante el público extranjero. Ocurrieron muchos más procesos de esta naturaleza, pero lo más conmovedor fue ver la sinergia entre dos mundos que normalmente no se tocaban, para trabajar de forma conjunta en busca de un objetivo superior”.

Su gestión en la Dirección de Innovación y su mirada comprometida con la protección ambiental lo hicieron merecedor del nombramiento como uno de los 300 líderes verdes de Latinoamérica por la Advanced Leadership Foundation. Además forma parte del Foro de Líderes Responsables de la BMW Foundation. En este ámbito internacional y en espacios locales se escuchó con vehemencia su mensaje: “Cada uno de nosotros nos encontramos inmersos en un sistema económico que estamos redefiniendo mediante nuestras acciones. Somos responsables tanto por las que tomemos como por las que no. De nosotros depende la construcción de una nueva economía, aquella donde las cosas verdaderamente pasen, se acepten los errores y los asumamos rápidamente como fuente de aprendizaje”.

Los últimos meses de 2018 volvieron a estar marcados por los vientos de cambio. En noviembre, en Frutillar (Chile), se llevó a cabo el tercer Encuentro Global +B y allí se anunció a Mendoza como la próxima sede. En diciembre, concluyó el proceso de un año de Mendoza +B. Además, Guillermo Cruz, su jefe, compañero de trabajo y quien fue habilitando espacios para la innovación, había aceptado una nueva responsabilidad como Secretario de Extensión y Vinculación de la Universidad Nacional de Cuyo. Con su confirmación en el cargo, vino la propuesta para que Navarro liderara un nuevo Laboratorio de Innovación Social, que luego se llamaría UNCULAB. Adicionalmente, desde Sistema B Internacional y Sistema B Argentina vino la invitación para que Navarro asumiera la coordinación local del Encuentro +B. La transformación se puso en movimiento y desde febrero de 2019 comenzó a recorrer varios kilómetros en su bicicleta para llegar desde su casa de barro a la Nave Universitaria, su nueva oficina.

Desde ese entonces hasta la celebración del Encuentro +B a mediados de septiembre pasado, Guillermo Navarro, su nuevo equipo del UNCULAB y el grupo de colaboradores invitados para acompañar el proceso de diseño y producción del evento global, en alianza con equipos de Sistema B Argentina e Internacional, se embarcaron en uno de los mayores desafíos personales y de la ciudad: “Desde el comienzo dijimos que para nosotros el proceso iba a ser tan importante como el resultado. No queríamos que las ‘aguas’ de este Encuentro pasaran por la ciudad sin regar la vida. Por ello, decidimos ofrecer 14 charlas previas y capacitaciones gratuitas, para potenciar el impacto de más de 3.300 emprendedores, colaboradores de empresas, pymes, academia y organizaciones sociales. Invitamos a once empresas para crear acciones de impacto en cadenas de valor local. Estos procesos llevaron recursos a veinticinco microemprendedores, mejoraron la calidad de vida en las cárceles y capacitaron personas en oficios”.

“Desde el comienzo dijimos que para nosotros el proceso iba a ser tan importante como el resultado. No queríamos que las ‘aguas’ de este Encuentro pasaran por la ciudad sin regar la vida”.

No satisfecho con los tres días de invitados especiales y la presencia de más de 1.200 personas de 30 países, decidió proponerle a la Universidad beneficiarse de la presencia del reconocido académico e innovador Otto Scharmer el Encuentro, para ofrecer una charla magistral gratuita de tres horas. Así, un día antes de la cita de las Empresas B, 1.200 personas vivieron una profunda experiencia con el creador de la Teoría U y profesor titular del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) y fundador del Presencing Institute. Como si fuera poco, el equipo de diseño y Navarro contactaron a los organizadores del Festival Internacional de Innovación Social https://fiis.org (FiiS), para cerrar el Encuentro con música, teatro, celebración, oradores inspiradores, un mercado de impacto y un espacio con micrófono abierto, entre otras actividades, para generar un brazo ciudadano donde la ciudadanía pudiera celebrar y vivir el impacto positivo. Estas dos iniciativas contaron con el apoyo de la BMW Foundation.

Además del profesor Otto Scharmer, el Encuentro +B contó con la presencia de importantes oradores como: Halla Tómasdóttir, CEO del B Team y ex candidata presidencial islandesa; Yolanda Kakabadse, ex Ministra de Ambiente de Ecuador y ex Directora de la organización ambiental WWF; Marina Silva, reconocida ambientalista y ex Ministra de Ambiente de Brasil; Guilherme Leal, Fundador de Natura; Juan Carlos Mora, Presidente de Bancolombia; y Henry Murraín, CEO de Corpovisionarios, entre otros. Con la innovación en el diseño del Encuentro se redujo la participación de speakers en el escenario, para generar más espacios donde voz de decenas de iniciativas innovadoras se escucharan; se generaran conversaciones sobre la urgencia de afrontar la inequidad y la crisis climática, y se vivieran momentos para la pausa, la autocrítica y el pacto en la generación acciones de cambio.

En la apertura de la cita global, Guillermo Navarro subió al escenario, caminó de lado a lado y visiblemente conmovido dijo: “Cuando nos ofrecieron ser parte de este proceso sabíamos que queríamos hacer algo diferente, pero no sabíamos cómo. Cuando la oportunidad comenzó a moverse, el esfuerzo colectivo comenzó a darle forma. Ahí comprendimos que para cada uno de nosotros el proceso iba a ser más importante que el resultado, pues era la clave para darle continuidad, sostenibilidad y profundidad al diseño pensado. Para nosotros ha sido un placer, un aprendizaje, una oportunidad, y hoy es un compromiso y una responsabilidad, para que esta visión de cambio se haga común y cotidiana, para así fortalecer nuestra cultura. Es importante perder la ilusión del control para encontrar oportunidades de evolución”. Con un mosaico de fotos proyectado a sus espaldas, continuó: “Más allá de los logros de este proceso de integración social que ustedes van a experimentar, lo más importante son los rostros de 300 personas de 17 países que durante nueve meses trabajaron en este Encuentro Global. Algunas de ellas no pueden acompañarnos hoy. Por ejemplo, miren sus mochilas: fueron creadas por mujeres en situación de encierro del colectivo Libre nos queremos de la Cárcel El Borbollón, con 200 kilos de material descartable del sector textil. Queremos que este tipo de procesos, este espíritu de cuidado y cooperación, sea cotidiano, parte de nuestro estilo de vida, ahí está la evolución que estamos buscando”.

En un año electoral de alta polarización y en medio de las noticias económicas que auguran tiempos difíciles para los argentinos, entre el 10 y el 13 de septiembres la Provincia de Mendoza se atrevió a soñar con las posibilidades de las Nuevas Economías. La clase magistral de Otto Scharmer, el Encuentro+B y el FiiS convocaron más de 3.500 personas en una colaboración radical. Más de ochenta empresas apoyaron su realización, veintiún organizaciones sociales participaron activamente, 150 voluntarios se involucraron con el Encuentro y gracias a bonos verdes y siembra de árboles más de 500 toneladas se compensarán para lograr un carbono positivo. Luego de “haber dado a luz” esta cita que potenció el ecosistema local y mostró las transformaciones del movimiento internacional “B”, Guillermo Navarro concluye sobre la experiencia: “Soñábamos con movilizar, interpelar y conectar a diversos referentes, pero también con llegar a esa persona que nunca había escuchado sobre sostenibilidad, innovación social, triple impacto y demás conceptos de las nuevas economías. Es una alegría y un orgullo recibir tanto cariño de diversos sectores y de personas que ocupan posiciones transformadoras. Realmente hubo algo que no diseñamos, estaba fuera del guión, y fue la energía indescriptible que se produce con la inteligencia y la acción colectivas”.

Fotos: Cortesía Sistema B / Mendoza +B.

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